El Sant Francesc Hotel se erige majestuoso en el corazón de Mallorca, ocupando una antigua casa-palacio del año 1860. Este refugio de lujo ha sido minuciosamente restaurado, conservando su esplendor original a la vez que se adapta a las exigencias de confort de la modernidad. La transformación ha sido realizada con un respeto reverencial hacia los elementos arquitectónicos y decorativos que narran su rica historia, tales como las vigas a la vista, los suelos de piedra, los artesonados de madera y las delicadas pinturas murales que adornan sus paredes. En su interior, el Sant Francesc despliega un ambiente donde el pasado y el presente conviven en perfecta armonía. Cada rincón ha sido diseñado para ensalzar la belleza inherente de la estructura original, mientras se ofrecen las comodidades y servicios esperados en un establecimiento de su categoría. La atención al detalle es palpable en cada acabado, cada textura y cada pieza de mobiliario seleccionada para embellecer sus espacios, creando una atmósfera que invita al descanso y a la admiración. Los huéspedes del Sant Francesc pueden disfrutar de experiencias únicas, gracias a la cuidadosa integración de modernas instalaciones en este entorno histórico. Desde su exquisito restaurante que sirve platos inspirados en la cocina local con un toque contemporáneo, hasta su terraza con vistas panorámicas de la ciudad, todo ha sido pensado para deleitar los sentidos y ofrecer un escape inolvidable dentro de la isla. El compromiso del Sant Francesc con la excelencia se extiende también a su servicio, donde la hospitalidad mallorquina se manifiesta en su máxima expresión. El personal, atento y discreto, se asegura de que cada estancia sea personalizada y memorable, haciendo que este hotel no solo sea un lugar para alojarse, sino un destino en sí mismo. Aquí, en esta espléndida casa-palacio, la historia, el arte y el lujo se entretejen para crear una experiencia hotelera sin igual.