La catedral de San Esteban (en alemán Domkirche St. Stephan, abreviado popularmente como Stephansdom) es la iglesia principal de la archidiócesis de Viena y la sede de su arzobispo. Está situada en la plaza de San Esteban (Stephansplatz), en pleno centro de la ciudad. La obra fue iniciada por Rodolfo IV de Austria y se levanta sobre las ruinas de dos iglesias anteriores. El edificio experimentó varias reformas y ampliaciones siguiendo distintos estilos artísticos. En el exterior del edificio se pueden observar el tejado, las dos torres campanario —la Sur y la Norte— y los pórticos de entrada al templo: el de los Cantores, el de las Torres, el del Obispo y el Gigante. El interior de la catedral consta de tres naves y numerosos altares; cada uno de ellos alberga una variada cantidad de objetos y obras de arte donados por numerosas personalidades. En el suelo del templo se conervan los sepulcros de varios nobles del país.